Hace un año...

Emprendí el reto, si se puede decir eso, de escribir algo lo que me diera en gana, estén o no de acuerdo con mis opiniones, sin intentar tocar temas de lo que me dedico ni estudié. Empecé con este artículo criticando el hecho que se crea que la música de los ochenta fue lo máximo, cuando considero que fue en esa época donde pierde su esencia, y es curiosamente donde los buenos grupos de los setentas se vienen a pique cambiando su estilo. Creo que en cierto modo el inicio de todos esto me lo dio Hugo Rodriguez, entrañable pata.

Recuerdo un poco con nostalgia la universidad (sanmarquino, por supuesto), pero me sentía un poco amordazado, alienado con la carrera. No había tiempo para conversar de cualquier tema, salvo el relacionado con los cursos. Y si alguna vez se abordaba algo, era muy vago, casi superfluo. En cambio en el barrio, recordaba unas manecidas en casa de mi pata Iván Ruiz, discutiendo de política, de fútbol, de música, de educación, de la universidad, de flacas, de todo, acompañado de unas comelonas. Eso era otra cosa. Había opinión. Una vez terminada la U, conoces gente profesional, y otra vez el rollo, opiniones vagas. Más aún que me dediqué a la enseñanza, la gente solo pretendía de hablar de tecnología (?). Creo que el blogger tiene sus ventajas, te comunicas con alguien o con nadie. Alguien te lee y opina de lo que escribes: una tribuna abierta.

• LO BUENO De hecho la libertad de emitir opinión. De ubicarte en el ciberespacio con gente que no ves de tiempo y te felicita o critica lo que opinas.
• LO MALO Creo que en cierto modo para mantenerse vigente hay que escribir y escribir. La verdad que eso requiere su tiempo. El otro detalle es que al inicio forcé una estructura que me cuesta mantenerla (lo bueno, lo malo y lo feo). Como Freddy Verde una vez me dijo, le falta una sabor picante (chistes, chistes). Hay cosas en las que se puede filtar el humor, otras lo escribes con cierta indignación y no cabe el humor ni la chacota.
• LO FEO Aunque hay libertad de expresión, hay quienes no tienen ni idea de lo que es opinar, y dicen lo que se les ocurre. Menos mal que aún no me ha tocado pertenecer a ese juego de blogs que veo por ahí en que todo es friegue. Al menos las personas que últimamente me toco conocer están en una edad (creo) y época en que sólo piensan en vacilarse, ir a tonear, chupar. Eso aisla y te recicla, y tedan las malditas ganas de ser como ellos, para no ser diferente.

Un saludo para todos los patas que encontré en el camino. Seguiré escribiendo algo para ellos y también para los que me critican y dicen que escribo estupideces; a menos que con el tiempo se prohiba emitir opinión por estos medios. Byes a todos.