Alejen a los niños de las telenovelas

El padre dice a la mujer luego de tiempo de haberlo dejado "Él es tu hijo", a lo que ella responde "¿Y porqué no me lo habías dicho antes?" Esta escena corresponde a una película de Stevie Martín y Goldie Hawn, es una pequeña parodia a lo que normalmente ocurre en las telenovelas caseras.

Alguna vez John Fiske (un profesor de origen australiano) mencionaba que las telenovelas comparten caraterísticas narrativas que se relacionan con la psicología femenina “su énfasis en el diálogo, resolución de problemas y sus conversaciones íntimas” o su “resistencia a alcanzar un cierre de la narración” así como sus “múltiples personajes y líneas argumentales” estas últimas referidas a que las mujeres realizan diversas actividades al mismo tiempo, en ocasiones sin concretar algunas de éstas antes de pasar a la siguiente.

Una integrante del grupo "Manuela Ramos" decía en una oportunidad que las telenovelas están plagadas de contenido machista, donde la mujer agredida en muchos casos termina siendo pareja del agresor. A lo que Fiske profundizaba haciendo referencia que el cuerpo de la mujer es un arma que (al hombre) le proporciona poder y placer. Y es que en las novelas se muestra que el hombre privilegia la acción sobre el diálogo, debido a su supremacía física.

• LO BUENO Lo único que se le puede atribuir a una telenovela es que a diferencia del cine, los primeros tocan temas cotidianos y vigentes, mientras que los segundos tocan temas pasados. Alguien dijo una vez que el público peruano no estaba para las telenovelas brasileñas por el ritmo en que ocurren las hechos.Y es que en estas telenovelas tienen un desempeño activo e importante en los temas y eventos políticos en diferentes períodos de la historia de ese país como lo demuestran los trabajos de Straubhaar (1988), Rubim (1989), Lima (1990) y otros más.
• LO MALO Coincido con el carácter polisémico que Fiske le atribuye a estas producciones donde se destaca: la ironía, la metáfora, el humor, la contradicción y el exceso. Más aún en este último punto donde se observa de manera cíclica: * Gente que tiene acceso a cualquier puerta (el voyeurismo) * Hijos recién reconocidos de tiempo (solucionado el caso) * Exceso de sensibilidad y lágrimas (de ahí el seudónimo de "telelloronas") * Hombres que lloran por intrascendencias ("Yo sí he visto a hombres que lloran", no faltarán estas afirmaciones). * Rasgos muy marcados que identifican el papel del personaje (un homenaje a "las apariencias no engañan"). * Personajes neuróticos y patéticos (hablan frente al espejo de planes y venganza) * Inclusión de niños precoces (dando un carácter "apta para todos"). * Exceso de escenas de coqueteo y seducción. * Ajusticiamiento y actos violentos (debiera haber un Oscar a la mejor cachetada mexicana) * El popular "se lo digo en su cara" * O el "Yo también te amo" * La humilde empleada que pasa mil dificultades para quedarse con el dueño de la casa en que trabaja (o como en Lima, con los hijos de los dueños: "si se saben cuidar, no pasa nada") * Pobretonas que lo son por dos semanas y ricachonas que inventan embarazos para que darse con la mejor pieza. * El provinciano un personaje cómico o el respetable licenciado (¿de qué?) * Rezos a virgencitas. * Más empleadas y choferes. * Hacendados con posturas matonescas. * Chismes a diestra y siniestra. * Engaño y traición. Drogas y alcohol. Odio y agresión. Sexo y erotismo.
• LO FEO El que las criaturas tenga que tener acceso a esta lectura cuyos horarios son bien accesibles. ¿Increible no?. La aspiración a la calidad de una televisión infantil debe integrar aspectos de entretenimiento, desarrollo y educación. lamentablemente las telenovelas no las otorga. Venga de donde venga, venezolanas, mexicanas, peruanas, colombianas, brasileñas, japonesas, estadounidenses: NO ES PARA NIÑOS y punto.

El doctor Eugenio Rothe del Departamento de Siquiatría Infantil del Hospital Jackson Memorial menciona que "presentan a los jóvenes los actos de violencia como una alternativa viable y legítima de solucionar conflictos, en perjuicio de vías constructivas, como el diálogo y la comunicación". Las novelas agradan en la medida en que se identifican con el personaje que resuelve problemas que la televidente no soluciona o no sabe hacerlo. O como leí en un foro de la BBC, nos muestran "mujeres carentes de autonomía e incapaces de construir un proyecto de vida distinto al de casarse con un joven y apuesto adinerado". Nos hace falta una generación de mujeres comprometidas con el quehacer social en vez del sensorial.

Una vez un pata de la universidad, Ever Mercado, decía "¿cuándo has visto a una mujer hablando de tecnología?" (no con aras de discriminación yo ampliaría a cultura y política) . Tal vez ese sea el eslabón perdido. Las que siguen creyendo en el principe azul, en los anhelos y esperanzas postergadas, que lo sigan haciendo, pero no intenten heredar ese morbo, esas historias superfluas, onanistas y surrealsitas sobre sus hijos o hijas.

Hay quienes afirman que los noticiarios contienen más violencia. Qué manera de justificar. Como yo siempre digo "No hay nada como pelear contra un ciego en una cueva obscura".

Termino con un exabrupto, si es para eso, prefiero que mis hijas vean fútbol y punto.