Antonio Saavedra Moreno <data:blog.pageName/>

viernes, 21 de agosto de 2020

El amor-or-or-or


La verdad, me mantengo escéptico ante la real definición de esta palabra. A la fecha se le han atribuido mil y un definiciones y otras tantas variantes: amor de pareja, amor de madre, amor de Dios, amor a primera vista, primer amor, amor al prójimo, amor propio, amor platónico, amor carnal, amor romántico, amor ciego, amor al chancho, amor al trabajo, amor desinteresado, amor al arte, amor-tadela hueles. Como si se tratara de diversas formas de sentimiento englobadas en una sola expresión. De ahí mi en-qué-quedamos. En algunos casos se aproxima a un sentimiento libidinoso, otras a un sentimiento benevolente, otras de sumisión.

Según mi escaso entender podría aproximarlo a una sensación afectiva y placiente hacia otra persona en la que deseas que esta se supere y coadyuvas a su bienestar, intervienes en su desarrollo. Hasta ahí, este sentimiento no es privativo de la persona humana, porque lo pueden compartir diversas formas de vida. Más bien, el tono comercial que se le ha dado hoy en día a esta forma de sentimiento, a mi parecer, lo ha desnaturalizado.

Me pongo a pensar, el amor -en su expresión común- como cualquier otra sensación está asociada a algo material -allá los que creen en el alma- y es nuestra personalidad la que define nuestras preferencias en el vestir, en el alimento, en la música, en una película, en un perfume, hasta en la pareja. Todos ellos son elementos puramente objetivos. Nuestro cerebro lo transforma en impulsos que determinan una reacción en particular. Me pregunto porqué cuando hay algo que nos agrada siempre encontramos la razón que ella nos otorga, el modelo o forma, la sazón, el ritmo, la actuación o el guión, el aroma, la forma de ser de la pareja, respectivamente. Claro, hasta acá no hay amor. Pero hay una "ligera" diferencia, que otorgamos el amor cuando se trata exclusivamente de personas. Si alguien te gusta demasiado dices que la amas, pero si esa persona tiene pareja, o un defecto evidente, o alguien te impide el acceso, inmediatamente dices que ya no vale la pena amarla, ¡vale la pena!

Otro detalle, la demostración de amor que muchas veces se exige. El hombre ya sabemos lo que quiere; pero la mujer qué pide, afecto, un paseíto, compartir una que otra cosa, hacerla sentir bien, "eres mío", matrimonio; si esto escasea significa que no la ama. ¿Son estos los requisitos? si fueran estos, ¿no creen que se podría amar a más de una persona a la vez? ¿qué lo impediría?

  • LO BUENO Estoy convencido que el verdadero amor tiene más de consanguíneo. En el caso de un familiar más próximo el sentimiento es más fuerte y está exento de los requisitos primigenios del gusto.
  • LO MALO En el caso de parejas, no está claro que se crea poder lograr afinidad asociándose a la persona opuesta ¿paradójico no?
  • LO FEO De hecho, el carácter comercial. Desde productos asociados a levantar el ego, pasando por gustitos gracientos hasta obsequios inimaginables en ¡tallas y colores! Esto implica un desembolo económico en aras del amor ¡ya saben, la sociedad nos presiona! O el "ese chico me gusta porque tiene... " ¿qué interesada no?

A veces me pregunto, porqué se dice "amante" o "querida" a la que participa en la infidelidad. ¿O es que es parte necesaria del amor?

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1 Comentarios:

A la/s 5:22 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Nada mi estimado, creo que estas haciendo algo que te gusta como una diversion, sigue adelante hasta llegar a la meta. Solamente quiero saludarte y saber como estas .... tu pata Wenceslao

 

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